La crisis
Cuando se camina por la cuerda floja se corre el riesgo de hacer que el castillo de naipes que todos somos se derrumbe y más teniendo en cuenta la naturaleza germinalista y retrógada de nuestros líderes en instituciones convergentes. Sin embargo, cuando quedan establecidas las normas entonces como por arte de magia se inicia una actividad febril obviando la naturaleza hiperactiva y hostil de las autoridades.
Esa masa agestual que denominamos oligarquía vip y clasista, dominada siempre por unas normas estrictas de autocontrol y mezclada con la homogeneización actual de la sociedad acaba diluyéndose en la exclusividad que no es patrimonio de unos pocos. Ese es el secreto de los grandes avances sociales. Hacer creer al mundo que las cosas son por una razón. Crear redes de criterios sostenibles, pero inmutables. El instante, la abnegación, la caridad febril y el exotismo; harán el resto. Duendear es la palabra, en un estado de cacofonía cráneo-encefálica mórbida y refractaria que lo mueve todo.
Leí en la prensa un artículo hace algún tiempo sobre un Almirante de la Armada Española que apuntaba que la situación geopolítica había pasado de ser tendencial a rupturista. El caso es que la diferencia ayer era que para dar un paso era necesario completar el anterior; dilatándose entonces la situación en el tiempo mientras que hoy se impone una comunicación entre iguales. Las soluciones llegan por análisis simultáneos de los factores donde afloran los problemas de la sociedad y la valoración multidisciplinar de sus actores. La red hace que estas soluciones lleguen por varias vías, desde distintos orígenes y de forma casi simultánea a la definición de los problemas.
Esta naturaleza praxiológica me planteaba a mi una pregunta de tipo más elevado para entender el conjunto: ¿se debe entender la realidad a partir del pecado original; o como nos han enseñado hasta ahora, al revés?. El logos como forma de conocimiento al margen de la fe siempre se ha recreado en el hecho refractario de la existencia en un sentido dialéctico. Es una cuestión compleja ya que entran factores de todo tipo. Sin embargo, con otra actitud no dejaríamos caer todo el peso de la conciencia en el acto y su devenir. Se establecería con ello un tránsito capaz de un nuevo liderazgo. Obviamente, todo ello requiere de un esfuerzo organizativo haciendo partícipe de esto al resto de la comunidad; eliminando el concepto de praxis y superando felizmente al propio pensamiento reflexivo. Si la red actual salta fronteras dando nuevos poderes a la autonomía del individuo, favoreciendo la dispersión y provisionalidad; esta nos abruma a la vez reconstruyendo espacios comunitarios con una fuerte carga simbólica.
Esta misma nueva lógica, que en un sentido arqueológico trata de desmontar aquellas jerarquías obsoletas que el hombre en su lucha titánica frente a los elementos intenta imponer como valor al resto del cosmos; supone dejar a un lado criterios de etnicidad, igualitarismo colectivista, opacidad, dualismo y esencia como valor abstracto en un sentido punitivo. Se trata, de conseguir juicios de valor a partir de valores reflexivos. Eliminar el individualismo gregario impuesto desde arriba en un sentido piramidal y el maximalismo cultural y espiritual. La unicidad aquí no tiene razón de ser. Un ejemplo de ello esta en Heidegger en el que lo que existe tiene un doble sentido; conservar y mantener,; y al mismo tiempo, hacer cesar y poner fin.
Es una preocupación que supone a la larga una elevación a partir de elegir nuevas propiedades del individuo y su relación con el conocimiento. Y es el complemento a toda esta filosofía analítica actual del hemisferio occidental; que actúa como acto presencial y resolutivo a modo de ubicación representacional a la cuestión deista con coste evolutivo diferencial. Supone además, la lucha contra la gravedad. La elevación es un logro técnico y una acentuación en el momento culminante de cualquier trayectoria vital. Representa alcanzar las alturas y con ello dirigirse hacia lo alto; significa apelar a una dinámica inducida al psiquismo como fuerza directriz lo que resulta obsoleto cuando se trata de redescubrir la significación misma de esa gravedad de la que hablamos.
Si todo ello consiste en buscar energías dinámicas y elección de términos procuraremos que la cosa se consiga de forma digna; no cayendo nunca en el error de pensar que es el espacio el lugar hacia donde se elevan los justos como tributo al pensamiento infinito.
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